Manu Ortiz: «Como escritor, puedo reconocerme en el miedo de mi protagonista a no ser entendido»

Una conversación. Muchos pensamientos (y un buen puñado de curiosidades).

Cintia Fernández

El escritor alicantino acaba de publicar Todos mis santos, de la Editorial Cerbero, una novela «intimista y cercana» con la que se ha sentido «desnudo» y en la que habla sobre la madurezy la juventud. Spoiler: vas a llorar seguro.

«Hace cinco meses, a las 3:54 de la madrugada, recibí por primera vez la visita de la muerte. Y esta noche ha regresado para recordarme que mi último año de vida anda por la mitad».

Así empieza la novela Todos mis santos, del escritor Manuel Ortiz (Alicante, 1991), publicada por la Editorial Cerbero en abril de 2022 y de la que hablé (o, más bien, solté grititos varios de admiración) en esta entrada. Me gustó tanto que tenía que saber más sobre ella, y lo que en principio iba a ser una entrevista se ha convertido en una mezcla de conversación, making of y «Detrás del…

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Reseña «Todos mis santos», de Manuel Ortiz

Reseñita emocionante :___) (estoy probando el reblog en wordpress, por dios, espero que no haya desbarajustes)

Cintia Fernández

Hay santos y dioses, música, Andalucía, pérdida y aceptación, mucho amor y mucha amistad y una sociedad marcada por el culto a esos dioses. Qué historia más bonita y bien contada y triste y bonita otra vez. Qué maravilla.

Título:Todos mis santos
Autor:Manuel Ortiz
Idioma original:español
Año de publicación:2022
Editorial:Editorial Cerbero
Género:fantasía
Número de páginas:228
Precio:5 €
Valoración: ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

Inicio del libro:

«Hace cinco meses, a las 3:54 de la madrugada, recibí por primera vez la visita de la muerte. Y esta noche ha regresado para recordarme que mi último año de vida anda por la mitad».

¿De qué trata?:

La noche que Alejo terminó de escribir su primera canción, la muerte se le apareció para avisarle de que le quedaba un año de vida. Desde entonces, se dedica a cantar y dar voz a unos dioses en los que no creía…

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Ciencia ficción cercana: escribir desde las raíces.

Llevo un tiempo dándole vueltas a esta entrada y sigo sin tener claro por dónde empezarla, así que me váis a permitir que divague un poco, que para eso es mi blog. Creo que antes que lector, soy escritor, lo cual es un poco raro de decir. Normalmente, mi motivación para leer, más que la satisfacción inmediata de acercarme a una buena historia, suele ser encontrar inspiración o nuevas formas que incorporar a mi propia escritura.

Esto puede tener ciertas consecuencias, como que el hábito de leer sea bastante inestable para mí si no encuentro algo en ese libro, novela o relato, que pueda absorber como una esponja. Otra de ellas es que soy un lector de género bastante tardío. Cuando me di cuenta de que la literatura fantástica, en cualquiera de sus vertientes, me interesaba, fue ya bien entrado en la veintena y solo (re)motivado por unas ganas de escribir que volvieron después de mucho tiempo acalladas.

Eso no quiere decir que no leyese género antes, me pasé la adolescencia devorando historias de Laura Gallego, a Margaret Weiss y Tracy Hickman y su Dragonlance, a R.A. Salvatore o a G.R.R. Martin, por nombrar algunos. Pero no leía esas sagas con la voluntad de escribir un día la mía propia (por suerte, no soy uno de esos escritores que tienen su trilogía de alta fantasía perfectamente planificada desde los quince). Lo que sí que quiere decir es que cuando recuperé la pasión por escribir, me acerqué a las lecturas de una forma distinta y, sobre todo, a otro tipo de narrativas.

Y a eso es a lo que venía, a hablaros de la ciencia ficción cercana, la que me inspira, la que me gusta leer y la que prefiero escribir. 

Imagen de un olivar (situado en Mallorca), con una montaña cubierta de nubes detrás.
¿Se puede hacer ciencia ficicón en un olivar? (Fotografía de Vincent Eisfeld, en Unsplash).

No es la primera vez que hablo de ello, ya lo mencioné en esta entrevista para la revista Windumanoth, pero creo que la escritura denuncia, en la que la literatura de género tiene un papel predominante (¿os suenan las distopías?) es más efectiva cuanto más próxima nos queda. 

Estoy seguro de que algunas obras hacen una labor imaginativa encomiable y prefieren hablar de colonialismo usando razas extraterrestres (por poner un ejemplo), y seguro que a esos escritores les funciona, pero yo prefiero mirar a lo que tenemos cerca, con referencias claras.

Recientemente he conseguido colocar un par de publicaciones en medios que me interesan mucho y que tienen esta misma voluntad, la de hacer ciencia ficción reivindicativa desde las raíces.

En Tierra roja, verde aceituna, finalista del premio Domingo Santos de Relato (2020), me dejo llevar hasta un olivar del sur ibérico del futuro. En este, la tecnología ha avanzado lo suficiente como para crear ángeles mecánicos que patrullan entre los árboles, pero el capitalismo sigue tan presente que en lugar de usar esas creaciones para cosechar la aceituna, se emplean para mantener doblegados a una población prácticamente esclavizada.

Está disponible de forma gratuita gracias a Pórtico, asociación española de fantasía, ciencia ficción y terror. La misma presidenta la definió como muy lorquiana (¡que me suben los colores!) en la presentación de la antología. Yo no sé si lo es, pero sí que considero un logro hacerse un hueco entre las naves espaciales y las razas alienígenas, sobre todo porque esa misma tierra roja de olivares que protagoniza el relato es la que me sirvió para obtener el título de Doctor en Ciencias Ambientales.

La otra historia de la que quería hablaros, Al-buhayra, es igual de especial para mí. En ella vuelvo al humor después de mucho tiempo y a la reivindicación anticapitalista, después de no tanto. Para ello, escogí un sitio fantástico, pero bien real, la Albufera de Valencia.

Como habitante de la Comunidad Valenciana, estoy más que acostumbrado a que nuestros recursos naturales se vean puestos en segundo plano en favor de una economía de servicios, relegando los puestos de trabajo tradicionales a los museos. La Albufera de Valencia, aunque no ajena a estos procesos, es una excepción, un relicto de otras muchas marismas costeras que han desaparecido y han dejado paso a complejos turísticos megalíticos.

La selección para una revista tan importante como la Windumanoth y el poder tener esta historia en papel fueron para mí como un regalo.

Portadas e ilustraciones de cubierta de Tomas Duchek, para la revista Windumanoth, y Vanclaise González, para la antología Premio Domingo Santos de relato, 2020.
Cubiertas del número 14 de la revista Windumanoth (Ilustración de Tomas Duchek) y de la Antología Premio Domingo Santos 2020 (de Vanclaise González).

No quería terminar esta entrada sin algunas lecturas recomendadas que me han aportado mucho a la hora de escribir estos mundos.

Binti, de Nnedi Okorafor, aunque tenga naves espaciales y alienígenas con forma de medusa, es imposible de separar sin las tradiciones y mitología del pueblo igbo, al que los padres de la autora, americana de origen nigeriano, pertenecen.

Hace poco cayó en mis manos también La maldición del tranvía 015, de P. Djèlí Clark, editada en España por Duermevela Ediciones, una ucronía steampunk ambientada en Egipto en la que espíritus araboislámicos son los catalizadores de una aventura de novela negra clásica.

Por último, una de las autoras que me acercó a la ciencia ficción que más me ha fascinado, ha sido Aliette de Bodard. Esta autora nacida en los Estados Unidos y de origen francés y vietnamita escribe en su Ciclo de Xuya una ucronía en la que China llega a América antes de que lo haga Europa. Para construir este universo tan complejo, que se extiende miles de años hacia el futuro, es indispensable entender la historia de las culturas de las que habla, su mitología, sus tradiciones, sus valores, etc. 

Autores como estos últimos son la representación viva de que dentro de la ciencia ficción hay espacio para todo tipo de historias, y de que no solo de guerras en las galaxias y elegidos dunares vive el género.

Espero haberos descubierto unos cuantos escritores nuevos y que os haya picado la curiosidad por otro tipo de literatura. Si tenéis recomendaciones como estas, estaré más que encantado de recibirlas.

Nos leemos (sobre todo, y más últimamente, en instagram).

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Lecturas de enero: una despedida, un reencuentro y un descubrimiento.

Bueno, un libro menos de los que os prometí en la entrada anterior. No os voy a mentir, me ha costado mucho concentrarme este mes (y medio, porque incluiré diciembre), tengo trabajo nuevo y la cabeza en mil sitios, y en más de una ocasión me he encontrado leyendo por encima solo para saber lo que ocurría en el libro de turno, que absorbido por la lectura. Y me fastidia, porque leer me gusta y si no lo hago por placer, no tiene sentido para mí.

Eso sí, aunque en la prosa no hayan caído demasiadas lecturas, sí que me he pegado un buen atracón de cómics. En concreto de JoJo’s Bizarre Adventure (Parte 6) y de Giant Days. No tienen nada que ver el uno con el otro y JJBA me cuesta recomendarlo a cualquier público, pero Giant Days es uno de esos pocos cómics que me hace soltar una carcajada tras otra. En él, tres chicas que acaban de entrar a la universidad se enfrentan al terrible monstruo que es ser un adulto independiente, con cosas como responsabilidades (*truenos*) y facturas (*MÁS TRUENOS*). En España lo publica Fandogamia, una editorial con un catálogo muy diverso y arriesgado en el que podréis encontrar verdaderas joyitas.

Bueno, vamos ahora con la chicha (con la otra clase de chicha). En esta entrada encontraréis reseñas de:

  • El incienso de los espíritus (trilogía Helena Lennox #3), Victoria Álvarez (Nocturna, 2019).
  • La chica descalza en la colina de los arándanos, Nieves Mories (Cerbero, 2017).
  • Las cosas que perdimos en el fuego, Mariana Enríquez (Anagrama, 2016).
Cubiertas de La chica descalza en la colina de los arándanos, de Nieves Mories; El incienso de los espíritus, de Victoria Álvarez; y Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enríquez. Un poco de juvenil y mucho terror.
Cubiertas de La chica descalza en la colina de los arándanos, El incienso de los espíritus (Javi Araguz) y Las cosas que perdimos en el fuego (ilustración de Aleksandra Waliszewska).

El incienso de los espíritus, Victoria Álvarez.

Y, después de dos libros casi redondos, llega el desenlace de esta trilogía. Y tengo que decir que, a pesar del inmenso cariño que le tengo a los personajes, me ha costado mucho leerla. Como destacan otras reseñas, la prosa de Victoria es preciosa y fluida como la seda, y el trabajo de documentación que se aprecia detrás de este volumen es inmenso. Esto contribuye a que la novela sea fácil de leer y gane en realismo (todo el que puede tener esta improbable historia).

¿Lo que no me ha convencido? El ritmo. Es una historia larga, con un principio muy interesante y un epílogo que me hizo soltar una lagrimita, pero a mí se me antojó lenta. La novela comienza en Nueva York y, pese a que esta estancia funciona como una introducción perfecta, cuando Helena y compañía parten hacia Japón el ritmo se estanca. Además, no conseguí que me terminasen de importar los personajes que más protagonismo tienen en el país nipón. Pertenecen a otra cultura y otro momento temporal, y esto puede condicionar mucho a un lector occidental actual. ¿Su construcción es adecuada? Sí, son personajes coherentes a su contexto, pero en ocasiones sus reacciones lastraban el ritmo de la novela y la sensación de que la trama iba a cámara lenta. Esto es una impresión muy particular y desde luego no es mantenida a lo largo de todo el libro, pero para cuando acaba el tramo más duro, yo ya estaba con ganas de conocer el final.

La chica descalza en la colina de los arándanos, Nieves Mories.

No sé cómo sentirme al hablar de un libro que ahora mismo está descatalogado, porque si os entran ganas de leerlo, no podréis encontrarlo (a menos que alguien os lo preste, como a mí), pero bueno, creo que sigue siendo necesario hablar de literatura, sea o no la ultimísima novedad.

Esta novellette la protagoniza una chica que, vaya por dios, está muerta. Una chica, un pueblo despreciable, una casa que se cae a pedazos ocupada por un palurdo tan polvoriento como el propio edificio. Todo ello al final de una calle olvidada en una colina invadida por arándanos silvestres.

Nieves Mories es una apuesta segura si lo que te gusta es el lenguaje tallado con bisturí y los ambientes desagradables. Ojo, porque esto es algo que me parece muy especial y común a lo que he leído de ella, los ambientes pueden ser tétricos o desagradables, pero no lo son porque estén repletos de telarañas, sangre seca y botellas rotas, no; lo son porque los personajes son despreciables. Asesino, asesinada y todos los personajes del pueblo (dejados ver con pinceladas) se juntan aquí para mostrarnos un lugar en el que no nos gustaría estar ni, bueno, ni muertos.

Eso sí, creo que se nota que ha pasado un poco de tiempo desde la publicación de esta historia, especialmente si habéis leído otras novelas de Nieves, como Asuntos de muertos. Se aprecian algunos temas comunes, pero una historia mucho más breve. El menor número de personajes y el menor desarrollo de estos le pasa un poco de factura.

Las cosas que perdimos en el fuego, Mariana Enríquez.

Acabo de terminar este compendio de relatos de la autora argentina y todavía me encuentro mascando algunos de los momentos más brillantes y oscuros que me he encontrado. Vaya por delante que hasta los cuentos más aparentemente sencillos cuentan con una calidad muy elevada. Creo que esta breve colección es una entrada perfecta para quien quiera adentrarse en la narrativa breve o en el terror (casi) sutil de la autora. Y digo casi sutil porque algunas de las imágenes que dibuja Enríquez son sutiles, sí. Hay discreción en el miedo que se tiene a que tu pareja sea tu verdugo y también la hay en la amenaza constante que es vivir en los arrabales más peligrosos de una ciudad, en el terror a una enfermedad que anule tus ganas de vivir. Pero la autora no se conforma con eso, va más allá y nos lleva ante ídolos paganos construidos por los hijos mutantes de una población contaminada, ante piras de mujeres que eligen arder como protesta y niños gato que acechan en la esquina de tu cama mientras duermes.

Miguel le confesó que, en su opinión, salvo las enfermedades graves, todos los problemas emocionales se podían mejorar a voluntad.
—Eso es una terrible pavada —le dijo ella—. ¿Acaso te pensás que un obsesivo puede dejar de, no sé, lavarse las manos compulsivamente?

El patio del vecino, Mariana Enríquez

Encontraréis, a pesar de la diversidad entre las narraciones, muchos puntos en común: voces femeninas, voces pobres, niños que a duras penas logran subsistir, barrios marginales y personas que viajan entre fronteras (de un país a otro, de ser una pareja a ser otra relación fallida más). Todo esto contribuye a construir la imagen de una Argentina empobrecida y alejada de cualquier tipo de glamour.

Hay algunos de estos cuentos que se me han quedado pegados como el alquitrán, especialmente el último tramo (como Tela de araña, Bajo el agua negra o Las cosas que perdimos en el fuego, que da nombre a la antología), pero sí es cierto que después de los premios que ha cosechado la autora con su última novela, Nuestra parte de noche, me esperaba algo más. Aún así, la encuentro una lectura muy positiva, especialmente para quien esté interesado en el arte del relato breve.

Y eso es todo hasta aquí. Si queréis saber qué se viene el mes que viene, acabo de empezar Ella dijo destruye, de Nadia Bulkin (ahora sí, de verdad), y tengo muy arriba la relectura de La historia interminable, de Michael Ende). Y si queréis decirme qué opináis de estas lecturas, siempre tenéis los comentarios.

:*

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Mis 5 libros del año del fin del mundo (sí, esto es un top de lecturas del año 2020).

Me he saltado la entrada de reseñas de noviembre, lo sé, pero es que el único libro que acabé el mes pasado me dejó tan trastocado que se ha colado en este top. Va de maricones intensos, porque uno tiene sus preferencias bien marcadas.

Pero antes de ponerme con la lista, creo que merece la pena hacer balance. Este año me propuse seleccionar un poco más mis lecturas y, aunque reconozco que al principio no fue así, ahora leo de otra forma. Soy un lector cobarde, me cuesta decidirme por un libro, especialmente si es largo. Pero me apetece cambiar eso, explorar nuevos géneros y dejarme llevar por lo que a mí me atrae. Este año he leído recomendaciones y he tachado obras de la lista de pendientes que podría haber pasado sin leer. Creo que debo fiarme más de mi instinto y menos del hype, quiero que la lectura vuelva a ser un lugar amable para mí.

Eso sí, retomar el blog y las reseñas mensuales es algo que, aunque se me pueda hacer bola, disfruto mucho.

En fin, al meollo. Libros que encontraréis en este top, en ningún orden particular e incluyendo un cómic. En los títulos os dejaré enlazada la reseña que les hice en su momento, si corresponde.

  • El príncipe de los prodigios, Victoria Álvarez (Nocturna, 2018).
  • Jinetes de la tormenta, Javier Castañeda de la Torre (Cerbero, 2019).
  • La única criatura enorme e inofensiva, Brooke Bolander (Crononauta, 2020).
  • En un rayo de sol, Tillie Walden (La Cúpula, 2019).
  • El hombre de hojalata, Sarah Winman (Dos Bigotes, 2019).
Cubiertas de mi Top libros 2020: el príncipe de los prodigios (V. Álvarez, Nocturna), Jinetes de la tormenta (J. Castañeda de la Torre, Cerbero), La única criatura enorme e inofensiva (B. Bolander, Crononauta), En un rayo de sol (T. Walden, La Cúpula), El hombre de hojalata (S. Winman, Dos bigotes).
Cubiertas de El príncipe de los prodigios (Javi Araguz), Jinetes de la tormenta (Mariana Palova), La única criatura enorme e inofensiva (Sara Randt), En un rayo de sol #2 (Tillie Walden), El hombre de hojalata (Raúl Lázaro).
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Lecturas de octubre de 2020: un LeoAutorasOct cargado de ciencia ficción.

Por si vivís bajo una piedra, que con la que está cayendo me parecería una decisión lógica y totalmente respetable, octubre es el de mes de la iniciativa LeoAutorasOct, treinta días dedicados a leer literatura escrita por mujeres y, por supuesto, a compartir estas lecturas para darles la visibilidad que se merecen. Desde la propia web de la iniciativa nos proponen una serie de categorías para variar más nuestras lecturas y ampliar un poco los horizontes, pero tengo que decir que, aunque el año pasado sí que cumplí, este he ido más por libre.

Pero bueno, las lecturas que voy a comentar este mes (o reseñar brevemente, si me lo permitís) son estas y, como he dicho en el título, vienen llenitas de ciencia ficción:

  1. Prácticas mágicas (Nahikari Diosdado, 2019, Editorial Cerbero).
  2. 36 (Nieves Delgado, 2017, Editorial Cerbero).
  3. La única criatura enorme e inofensiva (Brooke Bolander, 2020, Crononauta).
  4. Astrales (Eleazar Herrera, 2019, Editorial Cerbero).
  5. Isolada (Sunburning, Keiler Roberts, 2020, Alpha Decay)

Antes de meterme en faena, os adelanto que 36 y La única criatura enorme e inofensiva se han metido de golpe en mis lecturas favoritas del año, así que dejo este mes con una sensación de satisfacción increíble.

Portadas de las reseñas de este mes, un LeoAutorasOct (2020) protagonizado, en mi caso, por la ciencia ficción, en especial la ciencia ficción social escrita por mujeres.
Portadas de Prácticas Mágicas (Libertad Delgado), La única criatura enorme e inofensiva (Sara Randt), Astrales (Sam G.C.), 36 (Cecilia G.F.), Isolada (Keiler Roberts).
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Lecturas de septiembre de 2020: Italia, el Caribe y el lejano Oeste.

Pues sí, como podéis leer en el título, pese a llevar meses sin coger un tren o un avión, este mes ha tocado salir del país. Y con muy buenos resultados, además. Septiembre ha venido acompañado de una segunda parte, un libro que siempre he querido leer y una editorial que tenía pendiente (y de una novela que no conseguí acabar, el único fallo de unas semanas muy bien aprovechadas).

Últimamente me estoy planteando mucho qué me gusta leer y qué me gusta escribir, así que eso se traduce en que leo cosas muy variadas. Hay aciertos, hay errores, pero sobre todo me estoy dejando espacio para la experimentación y para disfrutar.

Títulos de este Wrap up:

  1. Madrugada, Teresa P. Mira de Echeverría (Cerbero, 2019).
  2. El príncipe de los prodigios (Helena Lennox #2), Victoria Álvarez (Nocturna, 2018).
  3. La hija del huracán, Kacen Callender (Kakao Books, 2020).
  4. Brokeback Mountain: en terreno vedad, Annie Proulx (Siglo XXI, 2005).
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Lecturas de agosto de 2020. ¡Wrap up!

Lo primero es lo primero: no sé si esto es una entrada excepcional o que quiero repetir todos los meses, pero sé que es algo que tengo ganas de hacer ahora. Este verano, especialmente agosto, he leído mucho, teniendo en cuenta que soy un lector más bien lento, más bien disperso. No sé si es porque es una forma de sentirme productivo en un momento en el que es difícil serlo, porque realmente tenía ganas de leer o una mezcla de ambas (ojalá solo fuese la segunda, pero me da en la nariz que no es así).

En cualquier caso, quiero aprovechar para hablar de las lecturas que he ido devorando este mes, que no han sido pocas. Quiero dejar claro una cosa: esto también es una forma de obligarme a valorar mi propia opinión. Como lector, como escritor y como persona que se pasea por el fandom de vez en cuando, me he frenado de compartir opiniones cuando he querido, y no me gusta esa sensación (esto suena serio, pero no lo es tanto, simplemente me gusta hablar de lo que leo).

En fin, lo que encontraréis en este Wrap up:

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Ignotables: pequeña guía para nominar y mis candidatos #Ignotus2020

Resumen del artículo: Aclaraciones sobre los Ignotus, época de candidaturas, mis propias nominaciones (y recomendaciones) y categorías en las que podéis nominar a mis productos, para qué mentir.

Si os movéis en el ámbito literario fantástico, seguramente ya sabéis que estemos en época de nominar a los Premios Ignotus 2020, los premios del fantástico español sobre las obras publicadas en 2019.

¿Qué pasa? ¿Por qué no dejo de oír «Ignotus esto, Ignotus aquello» por todos lados? Ahora mismo estamos en fase de nominaciones, es decir, de elegir los candidatos a llevarse el correspondiente Ignotus. Más tarde durante el año, se abrirán las votaciones.

¿Quién puede elegir los candidatos? Pues no solo los socios de la AEFCFT pueden hacer sus propuestas, también todos los censados (¡y hasta el día 30 de mayo!). Si no estáis en ninguno de los grupos anteriores, tendréis que esperar al próximo año para proponerlos vuestros.

Enlaces importantes:

  • Reglamento sobre los Ignotus (incluye qué entra en cada categoría, pero comentaré las más dudosas igualmente): aquí.
  • Aclaraciones vía AEFCFT: aquí.

La mayoría de las dudas que surgen son sobre el número de palabras que tiene una obra. Para resolverlas, podéis contactar con la misma editorial cuya obra queréis proponer (aunque siempre está bien echar un ojo a sus redes, es muy probable que hayan hecho hilos con sus obras nominables y la categoría adecuada, para facilitarnos la vida)

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Camp NaNoWrimo, Empotradoras se pasa al digital (y otras cosas de vampiros).

Lo primero es lo primero: ¡Feliz Sant Jordi a todes! 🐉🐉🐉

Resumen de la entrada: He acabado una novelette a pesar de la pandemia, Empotradoras disponible en digital (regalado, amigas) y se abre la preventa de Insomnes hasta el amanecer.

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